La playa

Siendo honestos la mayor parte del tiempo desde que te fuiste me sentí indiferente, libre y sobre todo tranquila, lo veía todo claro, pero eran aquellos momentos tan especiales en los que sentía que el mundo se me venía en sima, pues no entendía que era lo que me causaban esos pensamientos que tanto protagonizabas y ojala hubieran sido ocasiones sin sentido, sin mucho valor ni entusiasmo, como me hubiera gustado haberte encontrado en pensamientos pasajeros, pero en cambio te encontraba en aquellos que me hacían dudar e incluso cuestionarme mi felicidad.

La semana pasada salí de vacaciones, recorrí gran parte del país, sobre todo las playas pero de nuevo ese sentimiento volvía, trataba de acomodarte a mi vida, te veía en la arena, bronceada, hablándome de como el sonido del mar te calmaba, escuchaba esa canción de Alt J que te gustaba repetir una y otra vez en aquel día melancólico en que nos besamos frente a la foto de tu tía Cecilia. Me costaba disfrutar mi realidad por estarte llamando en mis pensamientos, te comencé a odiar y me ablandecí cuando mostraste señales de vida y con esa forma tan particular que siempre has tenido de recordarme que piensas en mí.

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