Hoy tomó su té frío.

Le gusta tocar mi mano mientras estoy dormida, me cuenta todos los dedos, como si fuera a perder uno de ellos en cualquier momento, me besa los labios a pesar de haberme prometido que no lo haría y me abraza toda la noche para despertar con los brazos entumidos.

Te quiero, aquí mientras abrazamos al gato en este cuarto oscuro, te quiero así, aún en momentos tristes, vulnerables, cuando acudes a mí como refugio.

Sobre los sueños y la arena

Estábamos ahí sentadas en el lugar más solitario de la playa, observando como las olas se acercaban más y más a nuestros pies conforme caía la noche. Hablábamos de sueños.

– Hay lugares a los que solo recurro en mis sueños, solo existen ahí – le dije mientras sentía una punzada en el pecho que me llenó para tomarla del rostro y besarla, sentí su piel, suave y tibia, pude darme cuenta de la arena que brillaba en su rostro.

– ¿Será esté un sueño? – pregunté mirando hacia el mar, dejando el beso como algo común, mostrándome tranquila como en realidad estaba y entonces sentí su mano tocar la mía, no me miro en ningún momento, solo tomo mi mano y continuo viendo el mar.

Cuando soy remilgada.

La mayor parte del tiempo estoy segura de lo mucho que aborrezco tu bonita cara, me molesta verte y sentir ese profundo dolor de pecho, a menudo creo que moriré en cualquier momento, que esa horrible presión es producto de una enfermedad crónica y me quedan pocos días de vida, pero al final me doy cuenta que solo es la ansiedad que me produce estar a tu lado, la misma que provoca que no pueda sentir mis brazos pero si tus manos y tus labios fríos.

La fiesta estaba llena de personas extrañas, creo que nunca te había visto bailar de esa manera. Me pregunto si alguien notó que estuvimos juntas tanto tiempo en el baño, estoy segura que no fuimos las únicas que conocen esa historia. Mientras estamos acostadas en el sillón, con la música tan fuerte que no tiene sentido hablar, veo tu piel, toco tu cintura y tengo ese fuerte sentimiento de que no te veré hasta que me quite de la cabeza la linda pero molesta forma de tus labios al cantar con unas copas de mas.